Vid de mesa: las ventajas de los bioestimulantes naturales

Estamos en el momento crucial del año. Gracias a una primavera que podemos definir como "tranquila", porque hasta principios de junio ha habido temperaturas más bajas que la media estacional y precipitaciones muy reducidas, que han limitado la incidencia de patologías, los productores de uva de mesa han podido gestionar en las mejores condiciones las fases de desarrollo del raquis y el cuajado. Ahora, sin embargo, es el momento de aumentar el calibre de las bayas y, en consecuencia, el peso de los racimos y la producción final.

Además de la estrategia nutricional clásica, con fertilizantes a base de nitrógeno, potasio y calcio, en el pasado se ha hecho un uso desproporcionado de fitohormonas de síntesis, citoquininas y giberelinas en particular, para aumentar el tamaño de las bayas de uva de mesa. Esto también es consecuencia de la creciente difusión de variedades apirenas que, al no tener hormonas endógenas para el desarrollo de las bayas (contenidas en las semillas), necesitan un apoyo "externo" para aumentar su volumen. Sin embargo, en los últimos años, el interés por los bioestimulantes de origen natural y la información divulgada a través de simposios y congresos están marcando un cambio de rumbo.

Muchos productores están notando las grandes ventajas ligadas al uso de estos bioestimulantes, caracterizados por la presencia de "hormonas naturales" y otras sustancias con acción fitoestimulante. El triacontanol, por ejemplo, una hormona presente naturalmente en muchas plantas, en particular de la familia de las Fabáceas (Leguminosas), es un alcohol de cadena larga de átomos de carbono que tiene una acción similar a las hormonas, totalmente análoga a la del ácido giberélico, las auxinas o las citoquininas, siempre que sea realmente de origen natural, porque solo así resulta soluble y disponible para las plantas.

Acción similar a las hormonas del triacontanol contenido en el hidrolizado enzimático de Fabáceas sobre el alargamiento del hipocótilo de achicoria – Trabajo realizado por la Universidad de Padua, Departamento de Biotecnología Agraria, en el marco del Proyecto BioVeNuS (Bioestimulantes, Vehiculantes, Nutrientes).

Además, la acción de aminoácidos libres y oligo-péptidos (fracciones proteicas de bajo peso molecular que contienen un número limitado de aminoácidos) resulta fundamental para estimular positivamente el metabolismo primario y favorecer la multiplicación celular. Prolina, glicina, ácido glutámico, ácido aspártico y triptófano son los principales actores involucrados en la replicación del ADN, en la síntesis de proteínas y enzimas y, en consecuencia, en el aumento del calibre de los frutos.

ILSA, que desde hace más de veinte años produce bioestimulantes naturales, basa su estrategia para el aumento del tamaño de las bayas precisamente en estos dos componentes principales. A partir de materias primas de altísima calidad (colágeno y tejidos de Fabáceas), hace que el triacontanol, los aminoácidos, las vitaminas y las numerosas sustancias polifenólicas estén absolutamente disponibles para las plantas, gracias a un proceso de extracción exclusivo. El proceso FCEH^® de hidrólisis enzimática se define como un proceso suave, porque permite extraer eficazmente estas moléculas evitando su destrucción y haciéndolas activas para las plantas, gracias también a condiciones de baja salinidad, pH subácido y completa estabilidad de los formulados obtenidos.

Durante el desarrollo de las bayas, ILSA aconseja la aplicación foliar de ILSAC-ON (bioestimulante totalmente vegetal a base de hidrolizado enzimático de Fabáceas), ILSAMIN N90, ILSAFORMA e ILSAMIN CaMg, que encierran todas las ventajas de la aplicación del triacontanol, de los aminoácidos y de otros compuestos importantes que garantizan, al mismo tiempo, el aumento de las dimensiones de las bayas y su integridad.

¿Cuáles son las ventajas respecto al uso de fitohormonas de síntesis?

La aplicación de estos formulados especiales por vía foliar garantiza el aumento del calibre de las bayas pero de manera no demasiado repentina, cosa que sí ocurre con la aplicación de hormonas de síntesis. Esto permite un desarrollo armonioso de todos los tejidos vegetales, incluso de la epidermis, por lo que se anulan los riesgos de "cracking" (grietas en las bayas), fenómeno que, con eventuales lluvias o descensos térmicos a finales del verano, puede echar por tierra los esfuerzos de todo el año.

Además, el triacontanol, los polifenoles y los aminoácidos favorecen una repartición equilibrada de los nutrientes dentro de cada planta de vid, favoreciendo así una regular lignificación y diferenciación de las yemas para el año siguiente. Es la forma de garantizar una alta productividad cada año, evitando las peligrosas disminuciones de fertilidad de las yemas, a menudo causadas por el uso masivo de fitohormonas. La acción "equilibrante" de los aminoácidos también permite limitar otras influencias negativas de estrés ambiental, como temperaturas demasiado altas o carencias hídricas, estimulando el regular desarrollo de las fases de maduración, momento en el que la vid, por su fisiología, suele entrar en estado de estrés. Otra gran ventaja consiste en la facilidad de uso de estos formulados.

Dosis limitadas, ante todo, ya que la acción bioestimulante se obtiene con aplicaciones foliares de 200-300 gramos por hectolitro de agua, pero también la posibilidad de mezclarlos con cualquier formulado comercial, incluso fitosanitario, gracias a sus características fisicoquímicas que derivan precisamente de un proceso "suave, natural y ecosostenible", como la hidrólisis enzimática.

¿Alguna evidencia?

A modo de ejemplo, se reporta solo la última de las muchas pruebas efectuadas sobre uva de mesa por los técnicos del sector agronómico de ILSA, todas disponibles en el sitio www.ilsagroup.com. El año pasado, en el área del Sureste de Bari, en variedades precoces, Vittoria y Centennial (esta última apirena), la metodología ILSA, con aplicaciones foliares de ILSAC-ON, ILSAMIN CaMg e ILSAFORMA y en fertirrigación con ETIXAMIN DF, ETIXAMIN BIO-K e ILSAPOLICOS, ha permitido un calibre superior respecto a parras fertilizadas de la misma manera pero tratadas con fitohormonas de síntesis. .

La acción equilibrada de estos formulados de origen natural también ha permitido una regularización a nivel fisiológico de las plantas que, a finales de junio, tenían racimos mucho más uniformes tanto en términos de conformación como de maduración. Ventaja considerable, dado que el productor ha podido vender su uva ya en junio.

Comparación entre racimos de variedad Centennial. A pesar de ser una variedad apirena y de no utilizar hormonas de síntesis, los formulados de ILSA (foto a la izquierda) han permitido un excelente calibre de las bayas, análogo o incluso ligeramente superior respecto al testigo (foto a la derecha).