Editorial

Bueno Saber! Bioestimulantes naturales para limitar el estrés ambiental en los cultivos de frutales de hueso

Los bioestimulantes del programa Viridem® de ILSA reducen los residuos de producción y aumentan la calidad

05/01/2021

El mercado mundial de los bioestimulantes está en expansión continua. Si pensamos que hace veinte años el volumen de negocios valía 'sólo' 100 millones de dólares mientras que ya en 2017 había superado los 2.000 millones de dólares que, según las proyecciones de Dunham Trimmer, se convertirían en 3.000 millones de dólares en 2021, a pesar de la peculiar temporada que hemos dejado atrás. Sin embargo, cuando se habla de "bioestimulantes" sigue habiendo mucha confusión, ya que es un término del que se ha abusado mucho. Junto a las empresas, como ILSA, que producen bioestimulantes y tratan de arrojar luz sobre el asunto, muchos otros atribuyen acciones bioestimulantes milagrosas incluso a los simples abonos, aunque éstos conserven la "noble" misión de nutrir las plantas.

Sin embargo, un "bioestimulante" es diferente respecto a un fertilizante, un producto fitosanitario o cualquier otro producto. El efecto de un bioestimulante no se debe a la acción nutritiva del nitrógeno, el fósforo, el potasio u otros meso y micronutrientes, ni a la presencia de un ingrediente activo de naturaleza química sintetizado en un laboratorio.

El nuevo Reglamento europeo sobre fertilizantes (Reg. UE 2019/1009) ha aportado por fin claridad, abarcando también la categoría de los "bioestimulantes", que antes regulaba únicamente cada país. Italia, en su Decreto legislativo 75/2010, que se ha tomado como modelo a adoptar a nivel europeo, prevé una clasificación de los productos con acción específica y, en particular, de los "bioestimulantes".

En el nuevo Reglamento Europeo, un bioestimulante vegetal es un producto cuya función es estimular los procesos nutricionales de las plantas, independientemente del contenido en nutrientes del producto, con el único objetivo de mejorar una o más de las siguientes características del cultivo o de su rizosfera: eficiencia en el uso de nutrientes, tolerancia al estrés abiótico, características de calidad, disponibilidad de nutrientes en el suelo o la rizosfera. Además, el bioestimulante debe producir los efectos indicados en la etiqueta y puede ser de naturaleza microbiana o no microbiana.

En la práctica, los bioestimulantes son productos de origen natural capaces de aumentar los parámetros de producción y de calidad de los cultivos, limitar las influencias negativas del estrés ambiental y permitir que las plantas expresen todo su potencialLa eficiencia en el uso de nutrientes es un concepto clave que los distingue de los fertilizantes "clásicos", ya que el uso de bioestimulantes tiene precisamente el objetivo de reducir los insumos, en particular el uso de nitrógeno en forma mineral. 

Las indicaciones del EBIC (Consorcio Europeo de Fabricantes de Bioestimulantes, del que ILSA es miembro fundador) dicen que los bioestimulantes pueden aumentar la eficacia del uso de fertilizantes hasta un 25%. Basta pensar que con sólo un 5% más de eficiencia, en toda la UE, se reducirían unas 550.000 toneladas de nitrógeno mineral, que se pierde cada año en el medio ambiente debido a la lixiviación y la gasificación. Esto refleja la estrategia "De la granja a la mesa", incluida en el gran plan Green Deal de la Comisión Europea, que, entre otros, tiene el objetivo de reducir las pérdidas de nutrientes de menos de un 50% sin deteriorar la fertilidad del suelo. Por esta razón, se prevé reducir el uso de fertilizantes sintéticos (urea, biamonio, nitratos) de al menos un 20% de aquí a 2030.

Los bioestimulantes basan su acción en el suministro de sustancias naturales específicas que, aplicadas a bajas dosis, actúan directamente sobre los procesos metabólicos de las plantas, como la síntesis de proteínas y enzimas, la multiplicación celular, la eficacia fotosintética, la rápida asimilación del nitrógeno y otros elementos absorbidos y el desarrollo regular de todas las fases fenológicas.

La eficacia de un bioestimulante puede medirse en términos de aumento de la biomasa radicular y foliar, aumento del porcentaje de frutos cuajados, aumento y uniformidad del tamaño de los frutos. Las características de calidad (contenido de azúcar, porcentaje en aceite, reducción de la podredumbre y el rajado) y la mayor vida útil también son parámetros que un bioestimulante puede mejorar significativamente, con beneficios adicionales para los agricultores que compiten en el mercado. Y no olvidemos la acción protectora, es decir, el aumento de la tolerancia al estrés ambiental (térmico, hídrico, salinidad elevada o poca luz) que permite a las plantas expresar todo su potencial incluso en condiciones adversas.


¿Es posible ya en Italia comprobar cuáles son los "verdaderos" bioestimulantes reconocidos por la ley?


Sólo los productos registrados oficialmente como "bioestimulantes" pueden llevar esta etiqueta. En la sección "Productos con una acción específica – Bioestimulantes” del anexo 6 del decreto legislativo 75/2010, figura la lista de sustancias reconocidas en Italia como "bioestimulantes". Se trata de productos naturales a base de algas, hidrolizados de proteínas de origen animal (con al menos un 10 % de aminoácidos libres), extractos de alfalfa, micorrizas y, con el Decreto legislativo de 10 de julio de 2013, los "hidrolizados enzimáticos de Fabáceas" registrados gracias a ILSA, que destacó la calidad del proceso de producción (hidrólisis enzimática y no química), el carácter 100% vegetal, la presencia de moléculas bioestimulantes específicas (triacontanol, aminoácidos, vitaminas y otros extractos vegetales) y, sobre todo, los efectos demostrados sobre las plantas.

 

ILSA cuenta en su gama con ocho productos registrados como "bioestimulantes" con arreglo a la legislación italiana: ILSAC-ON, ILSASTIM+, ILSALEVA, ILSAVEGETUS, ILSADURADA, ILSAPOLICOS, ILSAMIN N90 e ILSATERMIKO. Si luego añadimos otros dos productos de "acción específica", como SPLINTER NEW (coformulante) y ILSAORGAMIT-R (producto de acción en el suelo), obtenemos una lista de diez productos que, cada uno con sus propias características y efectos, ayudan a las plantas a hacer bien su trabajo... y a los agricultores a aumentar sus ingresos. Y no hay que olvidar que son todos productos "naturales" que también están permitidos en la agricultura ecológica.

Estos temas también se debatirán en la 2ª Conferencia sobre Bioestimulantes, organizada por Fruit Communication y ARPTRA. ILSA también estará presente en el evento, que este año será totalmente digital, con cuatro webinarios de febrero a marzo, a través de una aplicación digital específica. Te esperamos.